¿Dónde se construían los monasterios?
Los monjes buscaban lugares aislados situados en las
proximidades de elevaciones montañosas poco frecuentadas, en lo más profundo de
valles baldíos o en parajes muy arbolados, lejos de las rutas recorridas por
los comerciantes y hombres de armas. La primera ley que rige el monaquisino es
la soledad; la segunda, el desapego. Sin embargo, y con frecuencia, el
monasterio se establecía en lugares en los que habían encontrado abrigo cultos
anteriores al cristianismo, como si hubiese localizaciones predestinadas.
¿Cómo era la vida cotidiana?
El empleo del tiempo de cada jornada presenta una cierta diversidad según las diferentes órdenes monásticas, pero, por regla general, hay tres actividades esenciales en la vida de la comunidad: el oficio divino, que comprende múltiples liturgias diurnas y nocturnas, y en el que el canto ocupa un lugar de privilegio; el trabajo manual, que suministra a la comunidad sus medios de subsistencia, pero que es también una forma de oración; y, por último, la lectura y la meditación solitaria en el silencio de la celda, que proveen a los monjes de su alimento espiritual y la profundización de su fe.
El empleo del tiempo de cada jornada presenta una cierta diversidad según las diferentes órdenes monásticas, pero, por regla general, hay tres actividades esenciales en la vida de la comunidad: el oficio divino, que comprende múltiples liturgias diurnas y nocturnas, y en el que el canto ocupa un lugar de privilegio; el trabajo manual, que suministra a la comunidad sus medios de subsistencia, pero que es también una forma de oración; y, por último, la lectura y la meditación solitaria en el silencio de la celda, que proveen a los monjes de su alimento espiritual y la profundización de su fe.
¿En qué se ocupaban los monjes?
Desempeñaban desde las tareas más humildes a las actividades
más complejas, y, en la medida de la capacidad de cada cual, debían dedicarse a
todas ellas con idéntica aplicación. La comunidad vivía en régimen de
autarquía. Debía producir todos los medios para su subsistencia y, por
consiguiente, cultivar la tierra, fabricar las herramientas y las vestiduras, y
construir y reparar los edificios. Después venían las labores intelectuales, y
en particular la copia e ilustración de manuscritos, y la decoración, a base de
pintura y escultura, de los inmuebles religiosos.
¿De dónde procedían los monjes?
Pertenecían a todas las clases sociales. Algunos provenían de
medios aristocráticos, y se hacían monjes para huir de la corrupción y, sobre
todo, de las violencias de un mundo dominado por la barbarie guerrera. Otros
procedían del ámbito agrícola y, gracias a la vida monástica, encontraban el
medio de acceder a la cultura. Otros, por fin, habían formado parte de la
multitud errante característica de la Edad Media, época de extremada movilidad,
en la que gran número de jóvenes se lanzaban a los caminos con la esperanza de
encontrar en algún sitio su destino verdadero. Para muchos de éstos, el
monasterio, remanso de paz, constituía el término de su viaje.
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